En la Edad Media:
En la Edad Media también hay autores dejan constancia escrita de la importancia que ha de otorgarse a la orientación.
- Santo Tomás de Aquino: Enseñanza eficaz que desarrolle las potencialidades humanas.
- Ramón Lull: Es conveniente que cada persona elija la ocupación que mejor pueda desempeñar de acuerdo con sus capacidades y preferencias.
En el Renacimiento:
En esta época se sitúa al hombre como centro de atención. Destacan las aportaciones de tres ilustres españoles, precursores de la orientación:
· Rodrigo Sánchez de Arévalo: Es importante proporcionar información adecuada sobre las distintas ocupaciones.
· Luis Vives: Se debe conocer las aptitudes de la persona para orientarlas hacia profesiones más acordes.
DESARROLLO HISTÓRICO DURANTE EL SIGLO XX
Las diferentes etapas que se pueden descubrir en la historia de la orientación, indican el peso de esta disciplina.Las etapas que pueden servir de guía en la comprensión de este desarrollo de la orientación son, a grandes rasgos, las siguientes:
1900 – 1920: Los comienzos de la orientación
La orientación profesional fue el punto de arranque de la orientación. El primer programa de orientación oficialmente reconocido se debe a Jesse Davis y fue resultado de su trabajo como orientador escolar (1898). Más tarde, en 1908, Frank Parsons inauguró en Boston un servicio de orientación profesional para ayudar a la juventud a elegir y prepararse bien para desempeñar un trabajo. Ambos sostenían la idea de que la elección vocacional y su desarrollo implican a la persona entera.
La formación como orientador profesional comenzó en la Universidad de Harvard en 1911. En 1913 se fundó la primera asociación profesional que respondía a estos intereses, la National Vocational Guidance Association (NVGA).
Después de la muerte de Parsons (1908) se sustituye el concepto de <orientación profesional> por el de <asesoramiento profesional>.
La orientación escolar de los alumnos se limita, en esta etapa, a derivar a aquellos que presentan dificultades de aprendizaje o emocionales a especialistas de otra índole (psiquiatras, psicólogos clínicos y asistentes sociales).
1920 – 1940: El influjo de la nueva educación en la orientación
El influjo de Dewey en la escuela llevó a que un gran número de orientadores lucharan por un cambio significativo de la actividad docente. El profesor se convierte en la persona clave para lograr el desarrollo personal, moral y social de los alumnos.
Para Brewer, y otros muchos que propagan la nueva educación, todo profesor es orientador. También afirma, en su libro Education as Guidance (1932) que el objetivo de la educación es lograr una mayor destreza en el gobierno de la propia vida y en las relaciones interpersonales.
A pesar de los innegables beneficios de este tipo de educación, ésta recibió numerosas ataques. Esta crítica hizo que disminuyera el número de orientadores así como sus competencias. La orientación se limita exclusivamente a: mantener el orden de la escuela y ofrecer un tipo de ayuda psicoanalítica.
Debido a la depresión económica del momento la demanda de orientadores laborales creció considerablemente. Esto hizo que muchos orientadores escolares abandonaran la escuela para ofrecer sus servicios en una empresa.
1940 – 1960: El origen y desarrollo deorientación personal
En este periodo de tiempo, la orientación se concibe como una relación voluntaria entre un orientador y un cliente, procedente de una población normal.
En la práctica de esta disciplina, un gran número de orientadores no respondían a las demandas de formación y titulación impuestas por la APA. Además, para muchos psicólogos, estos orientadores escolares realizaban una actividad más próxima a un tipo de servicio administrativo que a una tarea propiamente psicológica.
Gracias a psicólogos como Rogers, importante figura de la corriente humanística, la orientación añadirá que el desarrollo profesional es parte del desarrollo como persona e importa mucho más que la simple elección profesional. Super añade que la orientación psicológica se refiere a aspectos normales del desarrollo, no necesariamente a problemas psicopatológicos.
1960 – 1970: Intentos de profesionalización
El interés por la psicología humanística contribuyó en la década de los setenta a una gran expansión de los grupos de encuentro o de realización personal.
Se puede afirmar que el desarrollo teórico de la orientación está en uno de sus momentos más fructíferos. Una prueba de ello es la aparición de numerosas publicaciones periódicas.
La necesidad de una orientación profesional se hace cada vez más patente. La revolución cultural de esta década provocó un cambio de actitudes y, como consecuencia, las personas acuden a los centros de orientación en busca de ayuda para afrontar la nueva situación vital y laboral.
1970 – 1980: La profesionalización de la orientación
A comienzos de la década de los setenta surge el interés por incluir en las escuelas actividades de orientación dentro del currículum.
Se habla de la inevitable confusión entre orientación y educación psicológica; pues contribuye, entre otras cosas, a la desprofesionalización de esta disciplina. Esta afirmación se apoya en una serie de investigaciones que atribuyen mayor eficacia a los orientadores no profesionales frente a los profesionalmente formados.
En la década de los ochenta, la psicología y la educación parecen haber llegado a un consenso sobre sus respectivas competencias en el campo de la orientación. Es el reto principal de la orientación: demostrar su competencia en el tratamiento de aquellos problemas relativos a la salud mental que no caen dentro de la medicina o psicopatología.
La década de los 80: la necesaria colaboración
En estos últimos años es cuando la orientación ha recuperado de nuevo su carácter educativo. A pesar de ello no esta libre de oscilar entre los dos extremos: la orientación como solución de todo problema educativo o como instrumento al servicio del cambio de estructuras.
La orientación como un elemento de la educación
Actualmente la orientación se realiza en sitios muy diversos, no sólo en el ámbito escolar. El rol del orientador incluye también funciones de consultor o experto, participando, por tanto, en programas de prevención y de formación, en orientación en grupo, en actividades de evaluación, etc.
Desde los comienzos de la orientación centrada en el cliente, no intervencionista, hasta hoy, se ha producido un giro que lleva a algunos considerar al orientador como un “agente de cambio social”, dado su enorme campo de acción.
De esta manera debemos entender la orientación como disciplina que llega a más gente y cubre más funciones, tanto en la escuela como fuera de ella, pero cumpliendo siempre una tarea educativa.
CONCLUSIONES
Desde el nacimiento de la orientación en 1909 (considerada como un producto netamente norteamericano) ha transcurrido un largo trecho que ha supuesto pasar de una aventura utópica siempre ligada a sucesivas reformas sociales y educativas a ser concebida en estos momentos como un componente integral y favorecedor del proceso educativo de todo estudiante. A lo largo de su historia el movimiento de la orientación ha buscado permanentemente satisfacer las necesidades de ayuda de los estudiantes. (…). Vista desde una perspectiva histórica, la orientación ha aumentado considerablemente su estatus profesional dentro de la educación y su impacto sobre los estudiantes. (…) Desde el punto de vista actual, el movimiento de la orientación está entrando en un período crítico.