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Literatura de interés

Abrimos este espacio con unos versos:
Khalil Gibran
 
(ensayista, novelista y poeta libanés), dedicados a todos los padres y madres y que sirva de reflexión para todo el mundo en general.

                                            
"Tus hijos no son tus hijos,
 son hijos e hijas de la vida, 
deseosa de sí misma".

"No vienen de ti,
 sino a través de ti,
 y aunque estén contigo, 
no te pertenecen".




"Puedes darles tu amor,
 pero no tus pensamientos,
 pues ellos tienen sus propios pensamientos".

"Puedes abrigar sus cuerpos,
 pero no sus almas,
 porque ellos
viven en la casa del mañana,
 que no puedes visitar,
 ni siquiera en sueños".
 

"Puedes esforzarte en ser como ellos, 
pero no procures hacerles semejantes a ti,
porque la vida no retrocede ni se detiene en el ayer"

 

"Tú eres el arco del cual tus hijos,
 como flechas vivas,
 son lanzados".


"Deja que la inclinación, 
en tu mano de arquero, 
sea para la felicidad”





El Efecto Pigmaleón: 

Si tratamos a nuestros hijos como mejores, más capaces e inteligentes con pleno convencimiento, lograremos que sea una realidad: se producirá el "efecto Pigmalión".






Pigmalión era un gran escultor, que creaba imágenes de gran realismo y belleza. Tan dedicado estaba a su arte, que no se preocupó por encontrar esposa. Hubo un tiempo en el que pasaba la mayor parte del tiempo en su taller trabajando en una escultura. Se trataba de una estatua de marfil que representaba a una joven de gran belleza, y logró hacerla con tanta gracia y perfección que parecía estar viva, aunque inmóvil.

Pigmalión estaba extasiado con esta obra. Pasaba las horas observando a la mujer que había esculpido, hasta que se dió cuenta de que se había enamorado de la estatua.

En las fiestas de Afrodita, la diosa del Amor, Pigmalión se dirigió hacia el templo, se postró a los pies de su imagen, y le suplicó que le concediera una esposa que fuera igual a la estatua. Se levantó y regresó a su casa. Entró al salón donde estaba la estatua. Conocía de memoria cada una de sus facciones, y pudo notar que uno de sus dedos se había movido. Se acercó para descubrir que era lo que había pasado, y ante sus asombrados ojos la estatua empezó a cobrar el color de la vida, a respirar y a moverse.

Afrodita le había otorgado el don de la vida a la imagen que él amaba. Pigmalión la llamó Galatea y la hizo su esposa.

Este mito clásico, relatado por Ovidio, da nombre a un curioso efecto que se estudia en psicología y pedagogía, el "Efecto Pigmalión" que, en resumen, consiste en que las expectativas que tenemos de las personas, con el tiempo, se hacen realidad. 

La primera vez que leímos sobre este efecto nos pareció un poco exagerado, pero pensándolo con el tiempo nos dimos cuenta poco a poco de que tiene gran parte de verdad aunque por supuesto no tiene porque cumplirse siempre. El ejemplo más claro lo encontramos en el colegio, cuando entre los propios niños encasillan a alguno de sus compañeros y no se le da oportunidad de salir de él, el niño acaba por creerse que es así.

No se trata de un fenómeno extraño o inexplicable. Se trata de una situación de empatía, de lograr un crecimiento de la persona en un clima positivo. 

Este efecto se puede aplicar a cualquier situación de las relaciones sociales e incluso para uno mismo como individuo, ya que si, por ejemplo, uno mismo no se cree capaz de hacer algo, muy difícilmente lo realizará.

Este efecto llevado al tema de la educación y, más concretamente, la educación por parte de los padres y madres hacia sus hijos se podría traducir de la siguiente manera: Creyéndoles capaces de mejorar su rendimiento, de mejorar su carácter, de aprovechar todas sus posibilidades. Logrando un clima de confianza, mostrando respeto por sus esfuerzos y teniendo expectativas positivas hacia ellos conseguiremos que tengan más seguridad en ellos mismos, oportunidades para plantearse sus propias metas, sus propias posibilidades, de afrontar sus propios retos; en definitiva, ayudará a que sean protagonistas de su propio crecimiento.

 




La siguiente historia está sacada de un libro llamado Maktub
Escritor; Paulo Coelho:



Una tarde, en el monasterio de Sceta, el padre Pastor recibió la visita de un ermitaño.

- Mi orientador espiritual no sabe cómo dirigirme- dijo el recién llegado-. ¿Debo dejarlo?

El padre Pastor no dijo nada, y el ermitaño volvió al desierto. Una semana después fue a visitar al padre Pastor otra vez.

- Mi orientador espiritual no sabe cómo dirigirme- dijo-. He decidido dejarlo.

- Éstas son unas palabras sabias- respondió el padre Pastor-. Cuando un hombre nota que su alma no está contenta, no pide consejos; toma las decisiones necesarias para preservar su camino en esta vida.
 
                                 


Esta historia nos enseña que sólo uno mismo sabe cómo dirigir su vida ya que sólo uno mismo es capaz de ver su propio camino, lo dificil es encontrarlo, por eso hay que estar con los ojos bien abiertos y si así se desea, recibir y agradecer toda ayuda que se pueda necesitar sin olvidar quien es el protagonista.

 

Fragmento de "LA MANDRÁGORA" de Nicolás Maquiavelo.

...la esperanza...

SIRO.- Entonces, ¿qué pensaréis hacer?

CALÍMACO.- No hay cosa alguna, por desesperada que sea, que no deje asidero a la esperanza y, aunque ésta sea débil y vana, la apetencia y el deseo que el hombre tiene de lograr su objeto no la hacen parecer tal. 



 

Carta al Padre. F. Kafka.

"Te lo ruego, papá, comprende lo que te digo, todos estos detalles no habrían tenido importancia por sí solos. Me deprimían únicamente por el hecho de que tú, el hombre que tan enormemente ha influido en mi vida, sin embargo, no observaba los mandamientos que imponía. Por ello subdividí el mundo en tres partes: una, en la cual vivía yo, el esclavo, bajo leyes que sólo hablan sido inventadas para mi y a las que yo, por otra parte —sin saber por qué— nunca más podía cumplir en forma satisfactoria: luego un segundo mundo, infinitamente lejos del mío, en el cual vivías tú, ocupado en gobernar, emitir las órdenes y disgustarte a causa de su incumplimiento; finalmente un tercer mundo, en el cual vivía el resto de la gente, feliz y sin órdenes ni obediencia"."Desde muy temprano tú me prohibías la palabra. Te recuerdo siempre amenazante "¡Ni una palabra de réplica!" y levantando la mano al mismo tiempo. Cuando se trata de tus asuntos, tú eres un excelente orador y yo adquirí en tu presencia un modo de hablar entrecortado, tartamudeante, y aun eso era demasiado para ti: finalmente me quedé callado, primero acaso por terquedad y más adelante, debido a que en tu presencia no podía ni pensar ni hablar". "Tú me decías: "Ni una palabra más" y con ello querías acallar en mí las fuerzas contrarias que te eran desagradables. Pero tal influjo era demasiado fuerte para mí, yo era demasiado obediente y enmudecí del todo, me oculté de ti y sólo osaba moverme cuando estabas tan lejos que tu poder, cuando menos directamente, ya no me alcanzaba".


"Entre nosotros no hubo realmente ninguna lucha; yo de inmediato estuve liquidado; lo que quedó era huida, amargura, tristeza, lucha interna".

 

IMAGINA COMO DÉBE SER.

Judith M. LeBlanc.

 

 

Imagina que las personas nunca hablan directamente contigo, pero conversan sobre tí en tu presencia.

 

Imagina que los niños se burlan de ti en la calle y que los adultos te miran y hablan en voz baja a tus espaldas. 

 
 
Imagina que las personas te toman por el brazo y te sacan a la calle sin decirte nunca a donde te llevan. 

 
 
Imagina que no te esta permitido ir a ninguna parte solo.
 
 
Imagina que los profesores siempre te hacen preguntas tontas como “Qué color es este?” o “Señala tu nariz”, aun cuando tienes 18 años o más.
 
Imagina que tus intentos de hacer algo siempre son interrumpidos por personas que lo hacen por ti.
 
Imagina que estas enfermo, pero nadie se da cuenta.
 
Imagina que oyes constantemente a las personas discutir acerca de lo que no puedes hacer.
 
Imagina que eres un adulto, pero todos se refieren a ti como a un niño.
 
Imagina que las personas están siempre diciéndote lo qué hacer, pero nunca conversan contigo.
 
Imagina que las personas sólo esperan una conducta inadecuada de ti.
 
Imagina que nunca te esta permitido tomar la más pequeña decisión personal.
 
 
Bienvenido, este es el mundo de las personas con discapacidad intelectual, autismo y problemas de conducta. 
 
Yo, con toda probabilidad, me comportaría inapropiadamente, con lo hacen muchas personas con discapacidad intelectual
 



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- Díaz de Bustamante, Marta
- García Domínguez, Encarnación
- García Muñoz, Guillermo
- Pernía Solanilla, María José
- Salamanca Montero, Lara Patricia


 
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